jueves, 22 de enero de 2009

DEFINICIONES DE CRÓNICA

Germán Castro Caycedo
La crónica es una información interpretada sobre hechos actuales donde se narra un suceso pasado que se relaciona con uno actual; en otras palabras, maneja y juega con el tiempo.
Su estilo está determinado por quien la escribe, razón por la cual, en ella, se permiten los juicios de éste, así como un manejo libre del lenguaje, puesto que una crónica puede ser narrativa, descriptiva o literaria; además, el sujeto que narra la historia puede bien estar implícito o explícito. Su extensión puede variar, ya que depende del enfoque que le dé el escritor y de la cantidad de hechos a los que recurra para poder llevarla a feliz término. Sus fuentes, por lo general, son directas; es decir, recurre a las personas o entidades que presenciaron los hechos, pero, y por encima de todo, a sus protagonistas.
De lo anterior se puede colegir que, en la crónica, una cuestión primordial en su elaboración es la etapa de investigación previa a su escritura, etapa que, generalmente, es exhaustiva y minuciosa, lo que hace que este género logre ser, en la mayoría de los casos, profundo y analítico.
Francisco Mouat
La crónica está presente en todos lados,el filtro es quien recoge las historias. Narrar los hechos cotidianos, pequeñas desventuras (con moralejas en ocasiones graciosas) es parte de las licencias creativas que de tan buena forma maneja el texto literario. En algunos momentos la crónica puede hablar de lo no necesariamente relevante, pero de lo sí armoniosamente planteado. El muñequeo entre contingencia, crítica, banalidad y opinión pueden compartir sabrosamente espacio en un jigüera de caracteres bien incorporados.
La crónica está conformada por una serie de mezclas, cual ornitorrinco. Este ejemplo es usado por
Juan Villoro, quién define a la crónica como: “La encrucijada de dos economías, la ficción y el reportaje”. El hemisferio creativo se une con el hemisferio racional dando vida a quién dedica su vida, quizás de forma más prolongada de lo querido, al freelance. Sometiéndose así al cheque esporádico, que alimenta no sólo su estómago, sino que ayuda a su pisoteado ego. Los cronistas de hoy no tienen el respeto y la soberbia de antaño. El territorio que dominó tan firmemente la voz latinoamericana, parece diluirse en un mar de blogs de opinión, guinchas informativas y el acelerado consumo del detalle exacto y preciso, carente de decoraciones o presentaciones prolongadas. Pero la crónica es una maravilla. En ella, el relato de los hechos hace cómplice al lector como invitándolo a leer una novela de no ficción en tiempos cortos.

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